martes, 9 de marzo de 2010

EL DIA DE LA MUJER

El Día Internacional de la Mujer trabajadora sirvió para que, al menos, cuando se habla de igualdad, los diferentes partidos políticos coincidan en sus objetivos, se olviden de sus rencillas y demuestren que pueden trabajar de manera conjunta, sin reproches. El consenso fue la noticia ayer en un día en el que los responsables de las distintas administraciones, asociaciones, instituciones y sindicatos participaron en una fiesta en la que la protagonista fue la mujer.
Apoyar la incorporación de la mujer al mercado laboral; fomentar el empleo entre mujeres y hombres en igualdad e condiciones; favorecer la conciliación de la vida laboral y familiar; y, en cualquier caso, el rechazo total de la violencia de género fueron, a grandes rasgos, las reivindicaciones que ayer se hicieron en el pabellón ferial, en un acto organizado por el Foro Provincial sobre Políticas de Igualdad de Género, ante un aforo casi al completo, formando por mujeres, pero también por hombres.
La conductora del acto fue Victoria Sobrino, presidenta del Foro, y vicepresidenta de la Diputación, que aprovechó su turno de palabra para reclamar a las diferentes instituciones su «compromiso» a la hora de aprobar por consenso todas las medidas que sean necesarias para «eliminar cualquier tipo de discriminación en nuestra sociedad, especialmente la de género».
En esta línea, precisó que las políticas de igualdad han de ir más adelante, sobre todo en lo que a trabajo se refiere, para matizar después que debe entenderse a la mujer como «una pieza clave» en el diseño de la arquitectura económica europea.
Estas palabras, estas intenciones y otras tantas reivindicaciones se concretaron minutos después en el manifiesto elaborado por el Foro Provincial con motivo de esta efeméride. Una declaración en la que participaron Sofía Crespo, de CCOO; Esther Serrano, de UGT; y María de los Ángeles Mur, de CSI·F, en representación del resto de instituciones, asociaciones y entidades presentes.
La declaración empezó con una mirada al pasado, concretamente al 8 de marzo de 1908, cuando un grupo de mujeres de una fábrica textil de EEUU murió víctima de un fuego mientras reivindicaban sus derechos laborales. Tres años después, en 1911, se celebraba el primer Día Internacional de la Mujer como recuerdo de la discriminación cultura, social y laboral.
Más de un siglo después la lucha apenas parece haber avanzado unos pasos, a tenor de lo reclamado ayer en el manifiesto. En el mismo se pidió mayor presencia de la mujer en puestos de responsabilidad; pero sobre todo medidas que favorezcan el empleo de las mujeres, para lo que se requiere que en los planes de empleo los perfiles de cada mujer se estudien y que se facilite a la mujer rural el acceso a las nuevas tecnologías, entre otras medidas. Horarios racionales que no conviertan la maternidad en algo imposible y el rechazo de la violencia de género, tanto psíquico como físico completaron la lista de demandas.
En última instancia, pero también con tintes de reivindicación, el Foro denunció que la pobreza sigue teniendo cara de mujer, y en el año internacional de la lucha contra la pobreza y la exclusión social, solicitaron que la feminización y la pobreza no compartan género.
Por último, y parafraseando al presidente de la Diputación Provincial de Ciudad Real, Nemesio de Lara, se recordó que el foro tiene como objetivo «remover aún más las conciencias, las actitudes, de manera que desde lo local convirtamos en universal algo tan sencillo como que el ser humano pueda mirar a otro sin bajar ni levantar la mirada del alma».

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